La emigración española a Cuba

Posted by Unknown | | Posted On viernes, 2 de octubre de 2009 at 10/02/2009 04:56:00 p. m.

La emigracion Española a Cuba y su Escape de la isla por otro dictador

Grupo de los soldados españoles de 1898, que para la mayoría de ellos comenzó una nueva vida en Cuba después de la guerra.


Los movimientos de población más importantes son las migraciones internacionales, el impacto en la cultura, el desarrollo económico, los cambios sociales y formas de pensar. Esto ocurrió en las islas del Caribe y de América Latina, muy marcada para los españoles y la inmigración de otros países europeos. Emigración europea a América no es un fenómeno reciente. Siempre que las migraciones nunca han sido, pero a nivel de todo el mundo era tan numerosa y con características tan diferentes como este. En algunos casos se ha convertido en problema socioeconómico y cultural, en los países receptivos, como a veces con la emigración española a América Latina.
Es interesante conocer las múltiples causas de la emigración exterior española (economía, social, política ...), por eso tenemos que analizar las relaciones entre las condiciones de vida en el origen y las zonas de llegada. Diferentes estudios sobre las migraciones españolas muestran, como causas, en un punto, el sistema español demográfico tradicional. Otro es el Push-Pull en vigor: la emigración va a depender más de las condiciones de la zona de destino (Cuba) que en el origen (España); esto se confirma, cuando nos damos cuenta de que España es país de emisión y en ocasiones otros recepción.

El Centro Gallego (Centro Gallego), una asociación de asistencia mutua emigrantes

Para el Estudio de las migraciones españolas a Cuba, tenemos que considerar 2 puntos:

a. las complejas circunstancias que generan la migración, y los efectos que producen en Cuba y en España.
b. Después de eso, tenemos que considerar el momento, la distancia (¿Por qué Cuba?), El volumen, la dirección, la forma y el caracterictics de los flujos migratorios: nos referimos a las zonas de partida y de llegada, el itinerario seguido, la frecuencia de la los movimientos, el tiempo de este movs, los recursos disponibles para el número de emigrantes, de gente que emigra ...

Celebración del carnaval Malecón y emigrantes entrada del buque en el puerto de La Habana

Milraud y Saúl se refieren a la emigración española a América, como un grupo complejo de causas y circunstancias: "Es una pregunta muy importante acerca de la emigración es que se hizo a través del sufrimiento y la angustia en la mayoría de los casos. A veces, la emigración fue causado por la mala situación económica en el país de origen, otros, por la oportunidad de encontrar tierra en alguna parte que les ofrecen y sus familias una oportunidad, otros vieron nuevos horizontes o se busca la suerte. Otros querían escapar del servicio militar o no aceptar los impuestos oficiales, algunos buscaban la libertad política y religiosa, mientras que otros fueron pagados a emigrar, y otros porque disfrutan de la aventura. Incluso, a veces, era casi como una fiebre, un comportamiento irracional común. "El gobierno español cambió las leyes de medidas para ayudar a los emigrantes en el puerto de salida y para ayudarlos en el retorno de lo posible, para promover la emigración como" amplio campo de las posibilidades para el individuo y por sus resultados rentables en el desarrollo socio-económico y las relaciones de los países ", dependiendo de cómo la situación económica y demográfica de España fue ...

(Centro Gallego La Habana. Año 1914. También Gran Teatro Nacional)

En El Nuevo Herald, el economista doctor Jorge Salazar-Carrillo analiza el enorme crecimiento económico de la isla desde la inauguración de la República, en 1902, bajo la presidencia de Estrada Palma, hasta 1958. Como economista de indudable prestigio, conocido internacionalmente, nos da en ¿Cómo Cuba se hizo rica? [Perspectiva, 27 de mayo] un buen número de citas estadísticas del crecimiento económico de la isla durante todo ese período, en diversas ramas que contribuyeron y alcanzaron extraordinarias cifras de desarrollo y crecimiento, etc.; pero no cita, ni de pasada, como ocurre en Estados Unidos con la extraordinaria aportación económica de los treinta y ocho millones de hispanos que actualmente habitan en el país, mayormente mexicanos, la notabilísima contribución económica de los inmigrantes españoles a Cuba, particularmente entre 1903 y 1933, año tope, digamos, de esa inmigración, ya que muchos de ellos regresaron a España o se mudaron a otros países hispanoamericanos a consecuencia de las rígidas leyes laborales que favorecían al trabajador nativo, los efectos de ''la gran depresión'', el declive de oportunidades de mejoramiento abriendo o explotando nuevas iniciativas económicas entre los emigrantes, por estar la isla saturada de ellos (con otros grupos constituían casi una cuarta parte de la población total del país), etc.

Entre esos 30 años, 1903-1933, ''entraron en Cuba 723,381 españoles''. Teniendo en cuenta que en 1899 la población total de Cuba era poco más de un millón y medio habitantes, de ellos unos 200,000 habían nacido en España, la masiva emigración española de casi tres cuartos de millón de personas añadió un aporte vigoroso a la nación no sólo en el aspecto humano, sino también, obviamente, en el orden social, económico, político, cultural y hasta religioso. Como se dice en el libro Problemas de la nueva Cuba (publicado en 1934, p. 42, y reeditado por Editorial Cubana, Miami, 2002): ''Desde el punto de vista racial y cultural, el español moderno (se refiere a la emigración masiva citada) ha sido una verdadera adquisición para Cuba y la continua corriente inmigratoria ha permitido mantener allí la pureza del idioma y el desenvolvimiento de la cultura cubana''. "La mayoría de los obispos, sacerdotes y monjas de la Iglesia Católica son españoles.
El español, además, ha ayudado al desarrollo de la isla, al mismo tiempo que las sociedades mutualistas han beneficiado a muchos asociados cubanos (estas sociedades cooperativistas y otras formas de asociación llegaron a reunir el 90% de la colonia española), tales como los Centros Gallego, Asturiano, Canario, Castellano, etc., que ofrecían "todas las facilidades de un club social, instrucción gratis y asistencia médica libre de gastos. Las cuotas sociales no pasaban de $2.00 al mes --los fondos han sido también empleados, en los casos del Centro Asturiano y el Centro Gallego, en construir magníficos edificios en el centro de La Habana y para edificar y mantener varias escuelas y algunas de las mejores clínicas y hospitales de Cuba''.

Hay que recordar que Cuba inició su vida republicana en 1902 con una economía destruida casi totalmente por la guerra independentista, 1895-1898, y la población cubana que la sobrevivió estaba escuálida, desarticulada y con su antigua estructura socioeconómica en ruinas. La energía y determinación del emigrante español, particularmente, puesto que hubo otros grupos de emigrantes de diversas procedencias, se repartió por toda la isla, y contribuyó al desarrolló y la recuperación nacional en todas las ramas de la agricultura, la ganadería, el comercio, etc., infatigablemente. Por otro lado, gran parte de ellos se casaron con cubanas (entre ellos mi padre, su hermano mayor y un primo, los tres en Santo Domingo, Las Villas, donde nacimos cinco hermanos y mis primos). Lo que hizo que aumentara la población blanca --intención de Estrada Palma y los consiguientes presidentes que le sucedieron-- que, en 1943, constituía el 75% de los habitantes.

Conviene señalar, de paso, que "muchos de los primeros inmigrantes españoles del siglo XX habían estado en Cuba como miembros de los cuerpos armados de su país destacados en Cuba durante la guerra de independencia (1895-1898) y la Guerra Hispano-Cubano-Americana (1898), según mi admirado amigo el historiador doctor Marcos Antonio Ramos (Revista Herencia, p. 28, vol 8, Miami, 2002). En el período 1913-1935, el origen regional de los españoles consistía: Galicia 33.1%, Asturias 17.1%, Canarias 12.5 %, Baleares 8.3%, Cataluña 5.5%, Andalucía 5.1% y el resto 18.4% (Herencia, p. 27). En 1917 el 34.8% se dedicaban a la agricultura, el 16.8% al comercio, el 6.5% eran jornaleros, el 2.5% carpinteros y el 31.8% a otras actividades (al comercio al por mayor y al detalle, que llegaron a monopolizar)''.

Como dato curioso añadiremos: ''La mayor parte de estos españoles han sido monárquicos de corazón y han alimentado ideas conservadoras aun en cuestiones ajenas a la política... En 1928 una pequeña minoría trató de apartarse de esta tradición al establecer en Cuba el Círculo Republicano Español, que apoyaba la caída de la monarquía española años antes de que ésta ocurriese. Este círculo, sin embargo, no tiene mayor influencia porque la mayoría de los miembros de la colonia española parece que se aferran a las maneras y los usos de sus ascendientes'' (Problemas de la nueva Cuba, p. 43). Otra curiosidad: como se sabe, fue un gallego el padre de Fidel Castro; sin embargo, "la mayoría de los que han abandonado la isla a partir de 1959 son de origen español''.

Adquisición de la nacionalidad española por ley de Memoria Histórica

La Ley 52/2007, conocida como Ley de Memoria Histórica, reconoce la injusticia que supuso el exilio de muchos españoles durante la Guerra Civil y la Dictadura.

En consecuencia, la citada Ley en su disposición adicional séptima permite la adquisición por opción de la nacionalidad española de origen a las personas cuyo padre o madre hubiera sido originariamente español y a los nietos de quienes perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio.

Hay 3 tipos de solicitudes diferentes de la nacionalidad española de origen:

1. Las personas cuyo padre o madre hubiese sido originariamente español

La ley española ya permitía optar por la nacionalidad española a las personas cuyo padre o madre hubiera sido originalmente español y nacido en España.

La Ley de la memoria Histórica amplía la posibilidad de adquirir la nacionalidad española de origen a los hijos de padre o madre español de origen, aunque no hubiera nacido en España.

2. Los nietos de quienes perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio

Incluye a las personas cuyo padre o madre nació después de que el abuelo o abuela exiliados perdiera la nacionalidad española. Por tanto, su ascendiente español más cercano es algún abuelo.

No es necesario que el abuelo o abuela español lo hubiese sido de origen.

3. Las personas que ya optaron a la nacionalidad española no de origen

Aquellas personas que ya optaron a la nacionalidad española derivativa porque su padre o madre hubiera sido originariamente español y nacido en España, según el artículo 20.1 b) del Código Civil, pueden ahora optar además a la nacionalidad española de origen.

PRESENTACIÓN DE LA SOLICITUD Y PLAZOS

Los interesados deberán imprimir y rellenar dos copias del modelo de solicitud que corresponda según el supuesto en el que estén incluidos. Lo presentarán, junto con la documentación que proceda, ante el Registro Civil español, consular o municipal, correspondiente al lugar del domicilio del interesado. Una copia sellada les será devuelta como justificante de presentación.

Si al presentarse la solicitud de nacionalidad no se acreditan los requisitos exigidos, el optante estará obligado a completar la documentación en el plazo de treinta días naturales desde que se le requiera.

La solicitud deberá presentarse antes del 29 de diciembre de 2010.


Sólo en Cuba hay tres millones de personas que pueden tener derecho a la nacionalidad española por cumplir los requisitos establecidos en la ley de memoria histórica. Es decir, algo menos de un tercio de la población cubana, cifrada en algo más de once millones de personas. A ellos hay que sumar los descendientes en sitios como Argentina.

Francisco quiere hacerse español por el derecho que le da el ser nieto de mallorquín y con la idea de ir a buscar fortuna a España, donde tiene amigos cubanos.

La ley de Memoria Histórica abre una ventana para que los nietos de españoles puedan adquirir la nacionalidad a través de dos mecanismos: bien mediante la demostración de que su abuelo era español nacido en España, o bien por ser nieto de exiliado político.

El nuevo marco legal prevé, además, que los que fueron miembros de las brigadas internacionales pueden adquirir también la nacionalidad española, aunque en el caso cubano, según fuentes consulares, son pocos los que están en esa categoría y en la de exiliados.

Para Teresa, de 56 años y cuyos abuelos son vascos, el pasaporte español le servirá para viajar a Estados Unidos porque "no se necesita visa".

"Yo lo que quiero, yo y mis hermanos, es viajar a Estados Unidos porque tengo sobrinos y primos allí y quiero verlos. Mi padre solicitó la visa pero por alguna razón no se la dieron, y esa es la forma para poder ir sin necesidad de hacer todo el trámite en la SINA (la Sección de Intereses estadounidense en La Habana)", dijo.

Otros, como William, de 38 años, no esconden que la nacionalidad para él es la oportunidad de emigrar de Cuba para conseguir una vida mejor. Cree que en España "se puede trabajar, ganar dinero y vivir cómodamente".

"Yo soy electricista, albañil, soy técnico en planificación y también barbero", afirmó, y agregó: "pero acepto cualquier otro trabajo".

Con puntualidad astronómica, desde 1965 el castrismo ha producido cada quince años una oleada de refugiados dispuestos a abandonarlo todo —familia, amigos y hacienda— con tal de escapar de Cuba. Las crisis migratorias de Camarioca (1965), Mariel (1980) y los balseros de 1994 fueron los hitos de esa estampida recurrente. La exactitud de la frecuencia invita a la glosa sociológica.

Porque, a fin de cuentas, el flujo migratorio es la piedra de toque, la prueba de la coneja. Nadie abandona un país medianamente vivible; nadie emigra con lo puesto a un destino incierto, si la circunstancia política o económica no lo oprime en demasía.

A punto de cumplirse tres lustros del "maleconazo" de 1994, la nueva fuga masiva no falta a la cita. Sólo que esta vez reviste un aspecto más ordenado y providencial: una cláusula de la Ley de la Memoria Histórica aprobada por el Congreso español que les permitirá a muchos cubanos adoptar en breve la nacionalidad de sus antepasados.

Los balseros virtuales de 2009 se aprestan a atracar en cualquier ría, golfo, ensenada, bahía o dársena que los acoja, con tal de que se encuentre lo más lejos posible de la isla que dejan a sus espaldas.

Discursos, promesas, "reflexiones", aniversarios y consignas triunfalistas palidecen ante este dato pavoroso: 600.000 súbditos del castrismo están haciendo ya la maleta (así, en singular, porque todo cabe en una) para largarse cuanto antes del paraíso socialista. Eso representa más del 5% de la población actual del país, que, dicho sea de paso, viene disminuyendo desde hace dos años.

Se van sin importarles la educación y la medicina gratuitas, sin prestar atención a los éxitos deportivos ni a las operaciones de cambio de sexo que reclama Mariela Castro; sin esperar el fruto de las reformas que quizá se aprueben dentro de unos meses o unos años; sin estimar la "dignidad", la "soberanía" y otros atributos que el régimen dice haberles conquistado. Se escapan por la primera rendija de la muralla de bagazo y estupidez que el totalitarismo erigió en torno a la Isla, y que nadie sabe ahora cómo desmontar sin que le caiga encima.

Es obvio que la mayoría de estos nuevos emigrantes pasarán en la Península el tiempo mínimo indispensable para abordar el primer avión que los lleve a Estados Unidos, donde los españoles pueden entrar sin visado. Algunos apenas llegarán a conocer el aeropuerto de Barajas o, como mucho, las pensiones de Atocha, la Plaza de Colón o Chamartín. Una vez desembarcados en Miami o Nueva York, se despojarán del pasaporte español con la misma celeridad con que lo adquirieron y reclamarán su condición de Cuban refugee, de conformidad con la norma de pies secos/pies mojados vigente desde la década pasada.

A mediados de 2009, cuando el fenómeno adquiera velocidad de crucero, el flamante gobierno del presidente Obama se verá confrontado a una peculiar "crisis de balseros", sólo que entonces éstos llegarán por vía aérea y con España interpósita.

Por eso los jerarcas del partido único se frotan hoy las manos ante esta carambola inesperada. Menos bocas que alimentar y menos descontentos ojalateando en las calles; más asientos libres en las guaguas y más remesas y turistas domesticados en perspectiva. De nuevo la providencia le guiña un ojo al sátrapa moribundo y una democracia occidental, indirectamente, acude a socorrerlo por los caminos más inescrutables. La válvula se abre para dejar escapar la presión amenazadora y el conflicto socioeconómico se traslada de las calles de La Habana a las de Hialeah: welfare, medicaid y medicare seguirán financiando la construcción (es un decir) del socialismo del siglo XXI.

El azar juega a veces con los dados cargados y las cartas marcadas. Una vez más el régimen castrista sobrevive sacrificando el futuro de la sociedad civil. Adiós Cuba, esa abstracción de pesadilla. Para Miami me voy.

De acuerdo con los cálculos del Consulado español en La Habana, en los dos años que estará vigente la ley, o tres —si se aplica la prórroga contemplada en la norma— casi 100.000 cubanos podrían adquirir la nacionalidad española anualmente.


Videos relacionados con la ley







El primer Cubano en obtener su pasaporte Español

Su abuelo abandonó en 1916, le espera una oferta de trabajo en Valencia. “¡Qué viva España!”, ha gritado cuando ya tenía el documento que le acredita como español, asegurando que fue “el día más importante” de su vida.

Su abuelo paterno viajó de las Islas Canarias a Cuba, cuando tenía 16 años de edad, y desde su llegada -relata- se negó a casarse con una cubana.

Finalmente formó familia con otra canaria con la que tuvo 10 hijos, pero nunca pudo regresar a su casa, ni volvió a ver a sus parientes.
Según Díaz Reyes, la educación sentimental que su abuelo legó a los nietos estuvo llena de historias sobre su tierra natal y el consejo de que no se marcharan nunca de su país, que no fueran “extranjeros”.

“Pero yo le seguí sus pasos, porque siempre quise conocer el mundo, siempre quise regresar a mi tierra”, señaló.


Preguntas con respuestas:

1-¿Quiénes pueden optar a la nacionalidad española de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 52/2007, de 26 de diciembre?

2-¿A partir de cuándo se puede optar a la nacionalidad española de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 52/2007, de 26 de diciembre?

3-¿Qué documentación hay que presentar para poder solicitar la opción por la nacionalidad española?

4-¿Dónde puedo conseguir las certificaciones literales de nacimiento requeridas?

5-¿Cómo se van a resolver las solicitudes de opción a la nacionalidad española?

6-
Una vez haya optado por la nacionalidad española, ¿podrán hacerlo mis descendientes?

7-¿Dónde se puede optar a la nacionalidad española de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 52/2007, de 26 de diciembre?


Comments:

There are 0 Comentarios for La emigración española a Cuba

Publicar un comentario

Dejar mensajes Ver mensajes

Spanish Orkut Comments